dimecres, 15 d’agost del 2012

79. DAMNATION (LA CONDENA)

Inevitablemente Tarkovsky me lleva a Angelopoulos y éste a Bela Tarr. En este blog ya pudimos admirar la coreografía sideral de Armonías de Werkmeister y la hipnótica secuencia de baile de Satántangó. 

Creo que esta secuencia que os presento, el baile final en el bar Titanik de "La condena", podría clausurar este blog. Tarr insiste en esos momentos de baile, sudor y amor, que parecen que son el preludio de la despedida. Los amantes se van a despedir, el amor parece imposible. La fotografía de Gabar Medvigy nos situa en esa atmósfera de punto final: humo, derrota y cansancio. La música continúa, como es habitual en el maestro húngaro, siendo atonal, monótona y circular. No quiere acabar. No quiere que cese el baile de los amantes. 

En esta "Damnation" (La condena - 1988) hay un diálogo final que podría funcionar como epitafio de este blog:

"Bailar. Brazos, piernas y caderas. Trabajando en perfecta harmonía. El movimiento de las miradas hace que el bailarín se eleve por encima de su aburrida cotidianidad. Créeme, no hay nada como encontrarse mútuamente cuando hay música que reconforta el corazón. Dos manos que se cogen, un pie siente donde pisará el otro. Y le sigue. Sin importarle donde le lleve. Porque cree que cada giro y vaivén será como volar a partir de ahora. Quién sabe. Quizá es volar."


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