diumenge, 22 d’abril del 2012

74. EL APICULTOR

Ricardo Perea es un creador audiovisual de Bogotá, que ha trabajado con comunidades indígenas y que ha documentado algunos de sus procesos con su cámara. Apasionado de Theo Angelopoulos me hizo un serie de sugerencias de escenas de baile que "aparecen" en el mundo complejo de Theo. Inicio pues una pequeña colección (la de Ricardo) dentro de la mía propia. 
Al ver todas las secuencias seguidas me da la impresión de que es una perfecta forma de acercarse a la cinematografía de Angelopoulos. El baile, esa forma arcaica y transcendente de expresión humana, aparece en sus films como algo atávico, enraizado en nuestra cultura europea, proviniente de los mitos, de las tragedias. También constato que Theo lo filma desde la maestría del plano secuencia. Le permite girar la cámara en sus famosos planos de 360º. Le da el juego a sus aclamados planos de conjunto, donde el individuo y el colectivo participan de un diálogo significante. Más que nunca, me convence de que las escenas de baile en el cine son momentos de cine puro: los diálogos pierden importancia. la acción toma protagonismo. El racord de miradas, los fuera de campo....Estoy seguro que si Pere Alberó acaba viendo la serie entera, le gustará mucho.
La primera de la minicolección de Ricardo llega con El Apicultor - 1986- (de aquella trilogía del silencio). M.Mastroianni viaja de norte a sur siguiendo el rastro de las flores. En la secuenca nos topamos con esos espacios clásicos del cine de Angelopoulos, salidos de no se sabe donde, un No man's land de una Grecia balcánica, alejada del sol de las islas. Una chica baila de espaldas, un hombre la mira. La música les aleja generacionalmente. Pero ella se gira... y se ven. ¿Una secuencia que nos llega desde el fondo de los tiempos?

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